Si hace años que nos fijamos en la “escala” de
eficiencia energética de lavadoras, frigoríficos televisores o microondas antes de adquirirlos, ¿por qué no hacer lo mismo con el espacio que vamos a habitar?
Las razones
medioambientales de ahorro y
optimización de energía e, indudablemente, la motivación económica de vivir en una casa con altos niveles de eficiencia son los dos puntales que sustentan la necesidad del
Certificado de Eficiencia Energética. Una necesidad que se ha convertido en obligación desde la entrada en vigor del
Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios.
Así pues, desde el
1 de junio del presente año, es obligatorio disponer de la certificación energética de todos los edificios o partes de un edificio (vivienda o locales) que se vendan o alquilen, mostrarlo a las partes interesadas y hacer entrega de dicho certificado al nuevo propietario o inquilino en caso de materializarse la compra o el alquiler. Negarse a ello o no disponer del Certificado supone una
infracción que puede llegar a costar 3.000 euros de multa.
¿Cómo obtenerlo?
Arquitectos, aparejadores o técnicos certificadores habilitados son los perfiles óptimos para realizar el estudio energético de la vivienda y local y su certificación. Y el primer paso, aunque parezca una obviedad, es el estudio in situ del espacio a certificar (algunas empresas ofrecen este servicio “a distancia” por un precio reducido. Queda a la consideración de cada uno este tipo de trabajo virtual que, seguramente, carecerá de la exactitud necesaria).
En el estudio se analizan las
instalaciones, el grado de
aislamiento térmico, la
orientación del edificio, las
ventanas y cerramientos, su
ubicación en relación a los edificios circundantes, etc.
El informe técnico se elabora mediante programas informáticos reconocidos por el Ministerio; tras presentar la solicitud en el organismo competente en cada Comunidad y en base al informe, la certificación final se entrega firmada por el técnico competente.
Balón de oxígeno para el sector
No debe menospreciarse la importancia de la
Certificación Energética en el escenario actual de crisis. Para el sector de la construcción puede suponer un importante balón de oxígeno; tal como publicaba recientemente el periódico
El País, el próximo 28 de octubre se presentará “el primer informe del Grupo de Trabajo de Sostenibilidad
RICS Europa” en el marco de la feria
Expo Real de Múnich.
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Edificio rødovre town hall. Foto: seier+seier (CC BY 2.0) |
El informe expone que “los profesionales se enfrentan a importantes desafíos derivados de los objetivos de
cambio climático cada vez más costosos y de las presiones para mejorar la sostenibilidad del parque ya construido […] La profesión debe asegurarse de que entiende esta
área emergente y que se posiciona para ofrecer asesoramiento experto y liderazgo en el día a día”.
No en vano los edificios consumen cerca del
40% de la energía que se produce y, en España, llevamos un año de retraso en la aplicación del
Certificado Energético.